jueves, 27 de diciembre de 2007

Un hijo se nos ha dado


La primera vez que escuché que podía ser madre de Cristo, me pareció casi una herejía; sin embargo hoy pienso que la verdadera herejía sería negarlo. Esta navidad la siento como el nacimiento de un hijo, como una vida que Dios regala, una vida que debo proteger en noches oscuras, socorrer de Herodes que puedan acecharle, que debo cuidar para que crezca. Cristo busca corazones donde nacer, y pese a la precariedad del mío lo ofrezco y lo recibo, más que como a una visita, como a un hijo a quien amar por siempre.



Aporte de una joven de la Comunidad