domingo, 18 de marzo de 2007

¿Quienes somos?

La Fraternidad Misionera Verbum Dei (FMVD) es una Institución de Vida Consagrada de la Iglesia Católica cuya misión es el anuncio de la Palabra de Dios y la propagación del Reino de Dios a través de la oración, del ministerio de la Palabra y del testimonio de vida evangélica. Fue fundada el 17 de enero de 1963, en Mallorca (España), por el Rvdo. D. Jaime Bonet Bonet.



El nombre « Verbum Dei » evoca el doble aspecto de nuestra misión propia:

  • Revelar, comunita­ria y personalmente, el rostro amoroso de Dios, buscando la mayor identificación con Cristo, Verbo de Dios hecho hombre.


  • Al mismo tiempo, urgidos por el amor de Cristo, nos sentimos llamados a anunciar la Buena Nueva, siguiendo la misión de Jesús, enviado del Padre a evangelizar. Es por ello que hacemos nuestro el lema que inspiró a los primeros apóstoles de Cristo, desde una dedicación exclusiva y a tiempo completo a “ la oración y al ministerio de la Palabra" (cf. Hch 6,4).

Desde esta misión propia, el Verbum Dei centra su objetivo y punto de mira en formar apóstoles de Cristo de entre las gentes de todo estado de vida, sexo, raza y condición social


La Fraternidad y la Familia Misionera


La Fraternidad Misionera Verbum Dei cuenta con tres Ramas distintas: misioneras consagradas, misioneros sacerdotes y matrimonios-misioneros. Este núcleo de vida consagrada genera y da paso a la Familia Misionera Verbum Dei , una realidad eclesial más amplia a la cual pertenecen todos los fieles que comparten la misma espiritualidad y misión Verbum Dei. Aún siendo formada por distintos estados de vida, sexo, y nación, a todos nos une el mismo deseo de aspirar a la perfección en el amor, así como la transmisión de la vida y del amor de Dios entre todos los hombres.


La FMVD en el mundo


Actualmente nos encontramos en 31 naciones (en 102 diócesis) en los cinco continentes. Aún teniendo un carácter netamente misionero la Fraternidad realiza su misión en todo tipo de países de la tierra, ya sean ricos o pobres, puesto que el Evangelio de Jesús ha de poder llegar a todos los hombres y a todo el hombre (Pablo VI).